martes, 21 de abril de 2015

EL MUSEO DEL ROMANTICISMO.



Grupo 11. El museo del Romanticismo. 

El museo del Romanticismo se encuentra en la calle San Mateo número 11. 

Este museo tiene una serie de aspectos que los docentes deben de tener en cuenta antes de la visita. Los aspectos son los siguientes:
  • No deben ser grupos de más de veinte niños. 
  • No se pueden llevar bolsos ni mochilas. Estos deben dejarlos en el autocar.
  • No se pueden tocar las obras de arte (incluidas las alfombras).
  • No se puede comer ni beber dentro.
  • No usar el télefono movil en las salas.
  • El tiempo establecido para la visita es de una hora. 
Antes de la visita se tiene planteada una actividad que la de relacional una obra con las emociones que transmita. 

La primera obra analizada por el "Paisaje Egipcio" realizado por Carlos de Haes en 1883. 

Paisaje oriental dominado por la arquitectura de un templo a la ribera de un río. En primer plano, se disponen en torno a unas rocas, varios personajes ataviados con túnica y turbante. En segundo plano, ocupando el centro de la composición, destacan las impresionantes ruinas de un templo egipcio,rodeado de palmeras. La luz dorada del atardecer, enfatiza un fondo neblinoso.

Carlos de Haes, fue el verdadero introductor del paisaje de carácter realista en España. Este lienzo fue uno de los últimos realizados por el pintor, en 1883, y aunque está captado de una manera naturalista, sabemos que el pintor nunca visitó Egipto. No se trata de un paisaje tomado del natural o realizado al aire libre, sino de una reelaboración desarrollada en el taller del artista. Sin embargo, fue precisamente Carlos de Haes quien se opuso con mayor resistencia, a la visión bucólica o subjetiva, apostando por la observación de los paisajes naturales. Con seguridad, la temática de esta obra no sería nada inventado, sino ampliamente documentado a través de algún libro de viajes o, de alguna fotografía de las que circulaban entre los estudios de diferentes artistas. Posiblemente, esta obra esté basada en el templo de Kom Ombo, situado en la orilla oriental del Nilo. Sabemos que Carlos de Haes, produjo otras obras de corte orientalista y temática egipcia como nos pone de manifiesto, la litografía "País Egipcio", que realizó en 1862, para la revista "El Arte en España", siendo ésta la única litografía que se conoce del belga, y en la que aparece una representación de este mismo templo. 

Esta obra tanto por temática como por técnica enlaza abiertamente con el Romanticismo. En ella queda patente la nimiedad del ser humano frente a la inmensidad de la naturaleza, y el culto a la ruina, buscando el escapismo y la evasión tanto en el espacio como en el tiempo.

El sigueinte cuadro comentado es "El moribundo" de Alejandro Ferrant Fischermans, realizado en 1869. 

En un interior doméstico, un hombre demacrado y moribundo es socorrido por el médico en presencia de su esposa e hija. El agonizante, sentado en un sillón, trata de consolar a la niña, la cual, vestida de blanco inmaculado, implora ayuda arrodillada en el suelo y con las manos entrelazadas. A su lado, de pie y tapándose el rostro con un pañuelo, está la madre que no puede reprimir el llanto. Al fondo, varios libros y una calavera como símbolo de la muerte, dentro de un aparador. Obra de pincelada suelta y muy empastada, con predominio de la mancha frente al dibujo, como se aprecia en las telas y la alfombra, de ricos contrastes cromáticos. 

Cuadro de asunto melodramático de inspiración literaria. Esta temática de la joven intermediaria ante la divinidad, para ayudar al desahuciado padre a entrar en el otro mundo, se inscribe dentro del Romanticismo tardío. El lienzo está firmado y datado en 1869. 

El tercer cuadro analizado fue: "Ventura de la Vega en el Teatro del Príncipe" en 1846. Es un cuadro de Antonio MªEsquivel. 


El último cuadro analizado fue el de Leonardo Alenza titulado "Sátira del suicidio romántico" realizado en 1839. 

El lienzo conocido como la Sátira del suicidio romántico nos presenta a un hombre de aspecto descuidado, lánguido, famélico y con un rostro atormentado. Vestido con una sencilla camisa blanca de lienzo, aparece descalzo, sin adornos, sin artificios, como imagen del ser sufrido y desgastado, ausente de ánimo, que rebosa dolor. Al tiempo que se dispone a precipitarse por un despeñadero, sostiene en su mano un puñal, resignado a morir por una u otra suerte si alguna de ellas fallara. Junto a él, pequeñas pistas sobre su vida, unos libros y escritos desordenados por el suelo, alguno incluso bajo sus pies, un tintero y una pluma, una espada, una calavera y una cruz con una corona de laurel. Se dispone a seguir el destino de los dos hombres que se encuentran a la izquierda de la composición, uno de ellos ahorcado y otro muerto por un disparo en la cabeza. 

Se trata sin duda de una imagen contundente, cargada de simbología e intención, cuyo sentido trágico está reforzado por una pincelada rápida, larga, en ocasiones deshecha pero al tiempo fuerte y expresiva. La composición, jugando con diferentes planos y marcadas diagonales, se ve enfatizada con el uso del color. En contraposición con el celaje oscuro y los ocres del paisaje, destaca el blanco de la camisa, y los toques que intencionadamente aplica en ojos del protagonista y en el puñal, captando la atención del espectador en esos tres puntos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario